Historias del Tarot, Los Arcanos
Era solamente un niño cuando me encontré con la Guía completa para el Tarot, de Eden Gray, publicada en 1976 por Editorial Diana. El libro había pertenecido a mi abuelo, quien lo había conseguido como parte de su interés por la numerología y sus temas relacionados. Él había estudiado ingeniería mecánica, pero el destino decidió que debía dedicarse a la ingeniería civil y los números se convirtieron en una parte importante de su vida. Después el libro pasó a manos de mi papá, quien estudió ingeniería bioquímica, pero su camino lo llevó a convertirse en profesor de matemáticas, profesión que ejerció hasta hace unos años cuando se jubiló. Hasta ese momento parecía que los números perseguían a nuestro linaje.
Tal vez logré alejarme de ese destino y tomar el sendero de las letras, pero el Tarot no me dejó escapar y decidió entrar a mi vida desde aquella temprana edad. Aunque en el momento en el que encontré el libro no sabía sobre la existencia de esas cartas y no imaginaba que algún día iba a terminar relacionándome con ellas. Recuerdo que el libro me provocó curiosidad por el dibujo de la portada, que me resultó enigmático. Después comencé a hojearlo y me encontré con las descripciones y explicaciones de cada carta. Las imágenes de las cartas fueron las que más llamaron mi atención en aquel tiempo.
Sin embargo, esa curiosidad fue solo el comienzo. En los siguientes años desarrollé cierta obsesión (sana y académica) con todo lo relacionado al ocultismo y esoterismo. Temas que se convirtieron en parte de mi inspiración literaria. Ese interés me llevó además a certificarme como tarotista y a estudiar una especialidad en Parapsicología en el Instituto Mexicano de Parapsicología. No imaginaba que el hallazgo de aquel libro en mi infancia iba a ser tan importante. Y a pesar de que en ese tiempo no pude conseguir una baraja de Tarot, cuando por fin lo logré no me detuve ahí y con el tiempo he coleccionado las barajas que me han parecido más interesantes y que ya les iré compartiendo en mi Instagram, en donde pueden encontrarme como @coelseville (también podrán ver mis posts en Facebook, si lo prefieren).
Si bien el Tarot se ha popularizado como un sistema adivinatorio, no es la manera en la que yo lo veo. Para mí está más bien relacionado con las historias de la humanidad. Desde las primeras historias de las que se tienen registros, como la epopeya de Gilgamesh, hasta las películas que vemos en el cine en estos días. Y, por supuesto, la historia de nuestras propias vidas. Es por eso por lo que he decidido titular “Historias del Tarot” a esta sección de mis elucubraciones.
El tarot se ha popularizado mucho en los últimos años. No es raro verlo en películas y series de televisión y tampoco es extraño que se le mencione en libros, especialmente si se trata de historias de terror. Sin embargo, para aquellas personas que no estén completamente familiarizadas con él, creo que es importante explicar algunas cosas básicas.
El tarot consta de 78 cartas, las cuales son conocidas como arcanos. 56 de esas cartas son los arcanos menores y son similares a las cartas de la baraja española o a los naipes de juego. Esos arcanos menores están divididos en 4 categorías, que en tarot se nombran bastos, copas, espadas y pentáculos y van desde el 1, que es un as, hasta el 10, y luego vienen el paje, el caballero, la reina y el rey (el orden es dado por categorías medievales del patriarcado dominante porque el tarot es una cosa muy vieja, pero, a pesar de lo machista que pueda parecer, en realidad el tarot pone a lo femenino y lo masculino en igual importancia como parte de un balance universal).
Las 22 cartas restantes son conocidas como arcanos mayores. De esas las más populares en las películas de terror suelen ser el diablo y la muerte, con las que la adivina en turno suele asustar al protagonista y advertirle sobre un peligro inminente. Eso es algo que no te ocurrirá en la vida real si decides acudir a una lectura de cartas, primero porque el protagonista suele salir corriendo sin pagar y segundo porque esas cartas no están directamente relacionadas con peligros inminentes. De todas formas, muchas de las personas que se dedican a leer las cartas suelen cobrar antes de la lectura, no sea que el cliente decida salir corriendo cuando le salga alguna de esas cartas.
Es precisamente de los arcanos mayores de los que les iré contando en las entradas posteriores. Les hablaré de los mitos, leyendas e historias que están relacionados con ellas y un poco de los símbolos que contienen, su relación con la psique humana y el significado adivinatorio que algunos les atribuyen. En la próxima entrada: la carta de El Loco.